El libro Teresa, escrito por Armando José Sequera e ilustrado por Walther Sorg, forma parte del catálogo del sello Loqueleo de Santillana. Trata sobre una ocurrente niña y las experiencias que vive con sus padres, hermanos, amigos, abuelos y maestros.

Luego de 15 años de travesuras, 15 de haber sido publicada por Santillana, nuestro querido escritor Armando José Sequera comparte con nosotros -y ustedes- sus recuerdos más preciados a propósito de su querida Teresa, a quien cariñosamente llama su 'hija de papel'.

¡Feliz cumpleaños Teresa!

​Armando José nos confiesa que el 22 de noviembre del año 2000 ocurrió un hecho de gran importancia en su vida: Santillana publicó su libro más conocido, vendido y leído: Teresa. Salió de imprenta el día mencionado y tuvo su debut en sociedad el 2 de diciembre de ese mismo año en la Feria del Libro de Caracas. Hoy hace 15 años.

Nos cuenta Armando que en los años siguientes y aprovechando los múltiples viajes que realizaba por el país ofreciendo cursos, talleres, conferencias y lecturas de textos, tuvo oportunidad de hablar sobre sus títulos. “Siempre me topaba con algún lector que me lo solicitaba”.

El camino itinerante con Teresa

Armando recuerda que su primer gran éxito como escritor se produjo en San Cristóbal, estado Táchira. “Ocurrió en los primeros meses de 2002”. Fue invitado a la Biblioteca Pública del estado para dar una conferencia donde compartió con la audiencia varias anécdotas de Teresa. Durante varios meses pudo evidenciar que Teresa era el título más solicitado en sus viajes.

Desde ese momento, Armando adoptó como estrategia leer diez textos de Teresa donde quiera que iba. Meses después supo que la primera edición se había agotado. La segunda, por su parte, se vendió íntegra en los cinco meses siguientes. Ese éxito lo compartió con su casa editora, todos estaban felices de que Teresa ‘creciera’ de esa manera.

A partir de allí, los libros se presentaron directamente en numerosos colegios con la presencia de su autor. Armando lo interpretó como un obsequio a sus lectores, y estuvo dispuesto a trasladarse y charlar con los estudiantes y docentes en cualquier ciudad o pueblo del país donde se le solicitara. Así comenzó lo que él llamó su “camino itinerante con Teresa”.

En los siguientes siete años, Armando realizó más de quinientas visitas a colegios en casi todos los estados del país. Durante esos encuentros los niños y las niñas coincidían en preguntarle el porqué de los nombres de Teresa y sus hermanos, si los personajes eran reales o ficticios, en qué se inspiró para escribir la obra, entre otras preguntas similares.

Nos cuenta que en un colegio del estado Carabobo lo recibieron con el Himno Nacional. Y que en otro, del estado Táchira, vivió “la más hermosa visita que he hecho a colegio alguno” pues los estudiantes realizaron una exposición de dibujos de Teresa tal como ellos la imaginaban. “La exposición fue espectacular” nos dice, “había Teresas de todos los colores de piel y estaturas. Teresas en blanco y negro y a colores. Teresas que sonreían y Teresas cuya expresión era ambigua. Teresas con trajes típicos de los Andes y Teresas vestidas como jóvenes contemporáneas”. Además, nos cuenta que la maestra organizó a sus estudiantes en equipos y los invitó a confeccionar muñecas de trapo según sus dibujos. Al término de la charla compartieron dulces tradicionales de la región y disfrutaron de una fiesta hermosa.

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Si Teresa hubiera sido mi hija,
¿la habría aceptado tal como es
o hubiera intentado cambiarla?

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Otro gran recuerdo que Armando compartió con nosotros es el de un colegio del estado Aragua donde varias muchachas de sexto grado y primer año le hicieron “las mejores preguntas que en torno a Teresa me han hecho desde que salió hasta ahora. En ese colegio me preguntaron cuánto tenía Teresa de mí y yo de Teresa; qué había significado para mí que Teresa saliera de mi corazón y se adentrara en los corazones de tantas personas; si Teresa hubiera sido mi hija, ¿la habría aceptado tal como es o hubiera intentado cambiarla?” Esas, entre otras interrogantes que, nos confiesa, su memoria no fijó con entereza.

El origen de Teresa

Armando nos cuenta que en 1998, antes de la publicación de Teresa, él decidió escribir anécdotas acerca de su hija Mariana, quién cumplía quince años. “Anécdotas en las que ella se mostraba inteligente, divertida, sensible e imaginativa. Mi idea era que formaran parte de unas memorias que esperaba elaborar a partir de los sesenta años, si llegaba”.

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En la Bienal Latinoamericana Canta Pirulero del Ateneo de Valencia, en su primera edición internacional, Teresa ganó.

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Elaboró siete y luego, “sin intención alguna más que compartirlas” nos dijo que se las mostró a varias personas, entre familiares y amigos. En respuesta, y unánimemente, aquellas personas le relataron anécdotas propias de su infancia o de sus hijos, sobrinos, nietos, ahijados u otros niños que conocían. Una vez inspirado con todo este material, Armando comprendió que podía ‘construir’ un libro. “Escribí dieciocho cuentos más y, ese mismo año de 1998, los envié a la Bienal Latinoamericana Canta Pirulero del Ateneo de Valencia, en su primera edición internacional. Teresa ganó.

“Entre 1998 y los primeros meses del 2000, elaboré 56 historias más, hasta reunir 81. Pero yo quería que cuando el libro se publicara tuviera cien”. Fue así que, cuando Armando acopió el material que requería, nació el libro que fue publicado en México y Venezuela de la mano de Santillana. Para la fecha, ya se han vendido casi 200.000 ejemplares.

“Mi hija de papel”

Teresa fue el vigésimo quinto libro de Armando José Sequera y el primero de su trilogía protagonizada por esa niña que él llama cariñosamente “mi hija de papel, por la que siento mucho amor y a la que agradezco a Dios haber puesto en mi imaginación”. Nosotros también, Armando.